-Frederick… quie…Ello…-Dije tartamudeando, el miedo no permitía que mis palabras fueran completas y entendibles. Estaba temblando de pies a cabeza. No tenía miedo por quienes eran, tenía miedo por lo que estaban buscando. Era ya tarde en la noche y rara vez veías a alguien caminar por ahí a estas horas.
-Por favor, siéntate y cálmate. Apagare la luz, no te verán. No hagas ruido, cierra los ojos y respira lo más calmadamente que puedas, escuchan hasta la respiración más simple- Dijo mientras me llevaba a una silla, luego me sentó y apago la luz, rápidamente salió de la cocina. De ahí no vi más, solo escuchaba lo que hablaban.
-Frederick, que sorpresa volverte a ver-
-La sorpresa es mía señores, ¿Buscan algo?-
-No te hagas el que no sabe, buscamos lo mismo que tú, solo que por motivos diferentes-
-No se engañen, no busco lo mismo que ustedes y tu James, muy bien lo sabes ¿O no?
-Sí, te equivocas, nosotros buscamos a la joven y no creo que hayas vuelto de Patras solo por visitar a la familia, o ¿te recuerdo que no tienes familia?-
-Mira James, no busco problemas, viene a buscar a la chica porque es mi sobrina, por nada más. Pero sabes algo que tenemos en común, vinimos y no la encontramos. Melissa no se encuentra, posiblemente este con su amiga Roselyn. Y por favor dile a tu jefe, que deje de mandar a Ryan para robarle a la pobre joven, que si quiere que lo haga uno de ustedes ¿No que son unos profesionales? Demuéstrenlo-
-¿Quieres que te lo demostremos?-
-Querido amigo, vuelves a dar un paso hacia adelante y te arranco las entrañas-
-Relájate Fred, solo buscamos a la chica, si no está nos vamos, pero ten por seguro que si nos estas mintiendo, lo sabremos y tú sabes cómo nos ponemos cuando nos mienten-
-James, tu disciernes tan bien como yo, que tus amenazan no surgen ningún efecto en mí. Así que te recomiendo, te vayas junto con tus acompañantes y dejen a la joven en paz. Y por favor dile a Müller que se aleje.-
-¿Quién te crees imbécil?
-Ryan, no te había visto, ¿Cómo has estado? Supongo que mal, al ver que Mel ya sabe controlar uno de sus poderes y que tú aun no puedes ni robarle un brazal.
-Ryan, cálmate hijo, mejor vámonos y dejemos que Melissa salga por cuenta propia, porque al fin y al cabo tiene que salir-
-Buena decisión, tienes un sabio padre Ryan, por favor no le siguas sus pasos- La puerta se cerró, la amenaza había acabado, aun permanecía quieta en aquella silla sin respirar ni mover un solo musculo. –Nena, ¿Estas bien?- Dije Fred, corriendo hacia donde estaba yo, morada por aguantar tanto tiempo la respiración.
-Sí, estoy bien, pero no entiendo muy bien ¿Conoces a Ryan y a Max?¿Quiénes eran ellos?¿Soy tu sobrina?¿Conoces a Roselyn?¿Quién era el tal James?¿Ryan tiene poderes?- Hable lo más rápido que podía, la adrenalina se había apoderado de mi cuerpo, y lo único que deseaba en el momento era correr por todas partes.
-Nena relájate- Dijo riéndose al ver que estaba un poco exaltada –Si los conozco, trabajan para un vadászok. Ellos eran el clan pemburu, vadaszoks que fueron rechazados por su gente, por motivos como: amar, ayudar, y todas esas cosas buenas de la vida. No eres mi sobrina, pero la intención es que ellos piensen que sí. Como te había dicho, existe un libro y por decirlo así cada persona tiene su capítulo hay, así que sí, conozco a tu nueva compañera Roselyn. Creo que ya te explique un poco sobre quien es James, es el líder de los pemburu, su único interés es regresar a los vadaszok, por eso tiene un gran odio por todos. Y si, Ryan es un cazador, pero aun no a desarrollado sus poderes- Dijo Fred, con una gran capacidad de memoria para responder a todas mis preguntas en orden.
-Pero, ¿Por qué expulsaron a James? ¿No que siente un gran odio?-Dije tratando de entender un poco algo sobre los pemburu.
-Fue rechazado por amar. Mira, él era un muy buen vadaszok, uno de los mejores. Era despiadado, cuando tenía ganas, asesinaba a cualquiera que se le cruzara en el camino, le robaba, lo marcaba y se iba tranquilamente. Pero un día, con su sed acecina, descubrió a una chica, era una venatrix. La joven tenía una rutina diaria y el la aprendió y la siguió de memoria. Un día ella lo descubrió, y bueno acortando un poco la historia, él se enamoró de ella y tuvieron a Ryan, ella murió y el sufrió por aquella perdida. Los vadaszok tienen reglas, si no las cumples te vas y el incumplió una muy importante: amar. Luego de eso, se volvió más despiadado que nunca, su don es la velocidad, y no sabes lo peligroso que puede ser. –Esa sería una triste historia sino fuera la de un asesino mutante.
-Que horrible. Fred y si uno de los venatores incumple una regla ¿Para que bando se va?- Reitero: interesante historia pero con muchos huecos que llenar.
-Mel, eso es lo que menos importa ahora. Lo verdaderamente primordial ahora es que aprendas a defenderte de gente como ellos.- Dijo mientras corría una de las sillas y se sentaba. -¿Tienes sueño?-
-Ni un poco, tengo demasiada adrenalina- Eran ya la 1:00 am y no era muy común estar despiertos a esa hora, pero qué más da, en estos momentos dormir no era necesario, vivir si lo era.
-Bueno, entonces empecemos de una vez. Vamos con lo más fácil: tu brazalete. ¿Quieres que hablemos aquí, donde los pemburu pueden vernos y fácilmente descubrir que he dicho mentiras y entrar a la fuerza por ti, o prefieres ir a la sala de estar de arriba, donde difícilmente nos ven, a menos de que su deseo de encontrarte sea tal que traigan una escalera desde sus casas, que no se encuentran muy cerca?- Desde ese razonamiento prefería la sala de estar, pero la verdad me sentía muy cómoda.
-Pues si lo pones de esa manera, subamos- Le dije mientras me paraba y me acercaba a la puerta. Las ganas de ir al baño se me habían quitado.
-Sabia decisión- dijo mientras mostraba una cautivadora sonrisa y me guiñaba el ojo. Lentamente subimos hacia el segundo piso. Estaba calmada, la luz era poca, pero suficiente para ver que el color de mi brazal era plateado. Siempre me había preguntado que significaban esos colores, pero estaba segura que ahora lo descubriría. Tan rápido como llegamos a la sala, nos sentamos uno, enfrente del otro. –Bueno, querida aprendiz, empezaremos explicando tu brazal. Es un hermoso brazalete, que tiene finas marcas, tiene inscripciones que solo se leen si se pone al fuego. Los colores base de tu brazalete son: oro, plata y bronce. Cada uno significa algo. El bronce significa que tu alma está mal, es decir que siente odio, ira, frustración, tristeza, resentimiento. El color plata significa que estas neutra, no están ni feliz ni triste, tu alma se encuentra, sobria. Cuando esta de color oro, pues supongo que lo deduces tu sola, está feliz, alegre, contento, inigualable. Estos colores son primordiales a la hora de cazar, mañana veras porque. Bueno ahora, los colores de las gemas, bueno sus 2 colores son rojo y verde. Cuando le robas el alma a alguien estas joyas cambian al color de su alma: si esta roja es porque es de naturaleza mala y si esta verde es de naturaleza buena. Tu puedes cambiar sus naturalezas, cuando les robas el alma, tu estado de ánimo cambia el de ellos –Era algo un poco confuso, yo era capaz de cambiar y retocar el alma de los demás, pero ¿A qué costo? – Bueno creo que eso es lo más básico sobre tu brazalete, ahora te explicare las reglas principales de los Venatores. Son 3, básicas y muy fáciles de aprender- El frio era exorbitante en aquel lugar. Empecé a frotar mis manos tratando de producir un poco de calor. Tenía las manos secas y carrasposas, mas sin embargo poco me importaba. El aire tenía el sutil olor a pintura fresca, eso me recordaba cuando remodelaron la casa y mi madre y yo salimos de compras para olvidarnos de aquel olor. Me gire hacia la ventana, estaba de espaladas a mí. Era una hermosa ventana blanca, su marco tenía figuras en espiral. Pero lo más hermoso de aquella ventana era la imagen que retenía, un cielo totalmente azul, sin nubes a su alrededor, miles de estrellas y una grande y agraciada luna en su punto máximo. Su hermoso color azul me hacía querer volver a aquellos tiempos donde mi hermano Lucas, mi madre y yo acampábamos mientras mi padre y Andrés veían la televisión. Una tos por parte de Frederick me hace volver a la realidad, a la cruda realidad –Como te iba diciendo la tercer regla es… -¿Tercera? ¿Estaba quizás tan metida en aquel cuento de recuerdos que había olvidado escuchar a aquella persona que estaba dándome reglas para poder vivir? Estaba distraída y eso no era un secreto, el mundo volvía a la gran depresión. Ni la compañía que ahora tenía, ni mis amigos, ni el tener poderes, aliviaría ese gran vacío que habían dejado en mí.
-Fred, siento mucho no haberte escuchado, ¿Querrías repetirme por favor las otras 2 reglas?- Dije con en un suave tono, no quería demostrar mi tristeza pero si demostrar que estaba arrepentida por no haberlo escuchado.
-Tranquila Melissa- Dijo entre risas; su actitud cordial y de perdón era justo lo que me hacía sentir en paz –No te las he dicho, era solo para que volvieras conmigo, a la realidad. Se Mel, por todo lo que estás pasando y lo duro que es perder a alguien que amas-
-No tienes idea de lo horrible que es perder a las personas que amas, tú no sabes nada, no entiendes mi sufrimiento, pero tampoco eres nadie para entenderlo- Le dije toscamente, estaba enfadada por aquella compresión que él me ofrecía, él no entendía bien mi sufrimiento, tenía que vivirlo para poder saberlo. Sabía que no había sido la forma correcta de hablar, pero no me importaba, a lo largo de la vida había entendido que no debía sentir culpa por nada que hiriera, porque eso solo traería penas y desilusiones a mi vida.
-Melissa, te recomiendo que no discutas de la vida de los demás, tu poco sabes de ella. En este caso tienes carencia de mi vida y de todo por lo que he pasado. Mi sugerencia seria que…- Se acomodó el cabello con la mano derecha tirándoselo sugestivamente. Él tenía razón, no sabía nada de su vida, pero el tampoco de la mía –Magnifico, se me ha ocurrido una ingeniosa idea para que cultives tu poder de leer las almas –Ya sabía cuál era la increíble idea que se le había ocurrido. Quería que le leyera el alma, no solo para aprender de mis poderes, sino para leer su vida y así poder tener bases para mis críticas y mis enojos. –Por tu mirada, creo que ya entiendes de lo que va a tratar el siguiente ejercicio. Pero la inseguridad de tus gestos me demuestra que piensas que es peligroso –Supongo que me deje llevar por la situación y empecé a temblar y a transpirar. –Tranquila que yo sería incapaz de permitir que algo vil o cruel te sucediera. Lo único que ocurrirá es que tu desde un punto un poco alejado de mí, leerás mi mente –La seguridad que Frederick me proporcionaba era un gran sentimiento de paz en mi interior. Lo único inquietante de aquella situación era la tranquilidad de Frederick ante esa petición.
-Pero Fred, a duras penas se leer el alma tocando la frente, ¿Cómo crees que voy a ser capaz de leerla sin que mi palma tenga un contacto con su mente?- Era inquietante, quizá Frederick estaba retándome, porque si él sabía que no sabía controlar bien mis poderes, ¿Cómo lo haría a distancia?
-No te reto, simplemente quiero demostrarte mi teoría más actual: el poder terrenal más grande que existe es la mente. Si tú lo piensas, lo deseas y por supuesto tienes el don, puedes lograr lo que quieras –No había duda de que sin tocar a una persona se podía leer la mente, Fred ya lo había demostrado.
-Está bien; entonces quieres que te lea el alma, desde acá, sin tocarte. Perfecto, será muy sencillo –Poco entendía del tema, debía concentrarme, desearlo y pensarlo. Pero no sabía si sería capaz.
-Tu eres capaz, Mel, hazlo, piensa, desea –Eso intentaba, lo deseaba con todo mi corazón, mi mente era en lo único que se centraba. “Vamos, eres capaz, lo vas a lograr, quieres leerle el alma, deseas leerle el alma, vas a leerle el alma” Era en lo único que pensaba, era difícil lograrlo –Melissa, vamos, hazlo, no te cierres, abre tu mente, ponla en blanco y piensa que eres capaz, por favor, te lo ruego, hazlo-
-Eso intento pero no puedo, trato de abrirla, pienso que soy capaz pero no lo logro, no lo logro- Las lágrimas empezaban a fluir por mi rostro. Estaba triste, me sentía una inútil. Me frote fuertemente la cara, estaba desilusionada.
-Por favor Mel, hazlo, yo sé que tú eres capaz, tu madre sabía que eras capaz. Hazlo por ella, hazlo por Lucas y por Leonor – “Soy capaz, lo hare, lo hare, soy capaz, lo deseo, lo quiero, lo pienso, lo haré” Cada vez que lo intentaba no era capaz, pero lo único que deseaba era poder descubrir aquella historia, aquel pasado, por el cual él me reclamaba no saber nada. –Fred, no me dejes por favor, ayúdame, no quise hacerlo, estaba tratando de descubrir porque tanto misterio, pero por favor, ayúdame, que no me hagan daño, ¿Fred?, ayúdame por favor, no me dejes, FREDERICK, te amo, ¿Por qué me haces esto?, no fue mi intensión te lo suplico, déjenme por favor, ¡Suéltenme!, no me toquen, Frederick aléjalos de mí, no permitas que me toquen, auxilio, por favor no, ¡FREDERICK! ¡ESTOY EMBARAZADA!– Aquella última palabra fue un eco en mi mente. Era una voz femenina, estaba llorando, gritando y por su tono, estaba temblando. ¿Le había leído la mente a Fred? Pero de ser así ¿Por qué solo esta horrible escena zumbo por mi oído?
- Frederick, ¿Quién era la chica? ¿Por qué te suplicaba que la salvaras? ¿Por qué no la ayudaste? Por favor explícame que fue lo que ocurrió ese día y por qué no pude leer nada mas – Estaba algo confundida, pero la cara de Frederick demostraba que él lo estaba más. Sus ojos exorbitados, su cara pálida, su respiración agitada, todo demostraba que había sido capaz de leer su mente y que lo más importante: había dado en el momento de su vida correcto.
-Vez, te lo dije, fuiste capaz –Respiro profundo, se secó las lágrimas que despiadadamente caían de sus ojos y nuevamente respiro –Aquella chica era mi esposa -¿Esposa?, Estaba atónita, nunca había sabido que Frederick tenia esposa, y mucho menos por la edad que aparentaba y más porque vivía con nosotros desde hacía 10 o 15 años. –No te espantes. Era mi esposa, pero nunca le había dicho que era un cazador, nunca me hubiera aceptado. Una noche de luna llena, todos los cazadores se reunieron armónicamente a cazar a las afueras de la ciudad de Patras en Grecia, como era común hacer en verano. Ese día habían más de un clan allí, a todos nos encantaba como la luna ocultaba nuestros cuerpos, y como los desvelaba cuando quería. Aquella noche cuando empezamos a cazar, no creas que personas, cazábamos animales, era no solo una distracción sino una gran excusa para estar todos en paz. De un momento a otro Margaret apareció de la nada, asustada y con frio; los demás venatores no le prestaron atención y se fueron, mas sin embargo me quede allí para auxiliarla y llevarla a casa, ella lo único que me decía: “¿Quién diablos eres?”, la verdad sabía que desde aquel momento en que ella apareció mi vida cambiaria, pero nunca imagine lo que vendría después. Uno de los pemburu que hay se encontraba se percató de mi presencia allí y también observo la reacción de Margaret al ver los cazadores, era común en la gente normal, y él se dio cuenta de eso y llamo a los de su clan, eran muchos, mas sin embargo trate de dar la pelea. Me golpearon, me empujaron, me apuñalaron, pero seguía dando la batalla, lastimosamente no fui capaz con tantos pemburus y en un momento de lucidez uno de ellos me dejo inconsciente, de ahí solo recuerdo que tu madre me rescato y me salvo, desde entonces vivo con ustedes, como muestra de gratitud hacia tu madre. Esa es la historia más impactante de mi vida como cazador. Aquello que escuchaste fue lo último que yo escuche mientras luchaba contra James y sus chicos antes de que el con sus propias manos me enterrara un cuchillo en un lugar estratégico de mi cuerpo, gracias a eso perdí la conciencia y no solo eso, también a mi esposa y… mi hijo-
-¿Mi madre que hacia allí?- La verdad ya había tardado en comprender que de algún lado de la familia tenía que haber sacado mis poderes. Pero ¿Mi madre? Siempre la vi como un ejemplo de persona: optimista, cuidadosa, inteligente, hermosa, enérgica y por sobretodo compasiva. Nunca me la imaginaria en un campo de batalla asesinando a cuanto Vadászok se le atravesase.
-Estoy de acuerdo contigo- mi cara hizo un gesto de: “¿De qué me hablas?”- Perdóname, supongo que me tomara tiempo en acostumbrarme. Los cazadores por lo general no hablamos con los labios sino con el alma. Costumbre –Sabia que en algún momento de la vida me serviría mucho no hablar con los labios con mis amigos, pero hasta ahora ninguno de ellos era un cazador. –Bueno como te decía, estoy de acuerdo contigo, te demoraste en comprender, tu madre es una cazadora –No me sorprendía, ya había entendido que la vida de ahora en adelante me traería muchas sorpresas. –También concuerdo contigo en que yo tampoco me la imaginaba así, o bueno me la imagino así. Tu madre es una gran cazadora, pero es única, su especialidad no es matar, es curar, como lo hizo conmigo. Sigue con la imagen que tienes de ella, creo con mi experiencia y mi cercanía a ella, que nunca mato a nadie. –Mi madre, duros recuerdos me trae hablar de ella. Las lágrimas no era lo que demostraba mi dolor, lo que lo demostraba era mi brazalete, que repentinamente cambio su color. –No te pongas triste. Sabes, nosotros los cazadores cuando perdemos a alguien querido, no lo vemos como una vida menos en el mundo, lo vemos como una vida más en el cielo. Y aunque tarde, algún día nosotros estaremos con ellas. – Era un hermoso punto de vista con respecto a la muerte, pero más sin embargo eso no me devolvería a mi madre ni a mis hermanos… mis hermanos.
-Frederick, ¿Mis hermanos también tenían poderes? Pues quizá, si mi madre los tenia ellos también – Ahora, descubriría un gran pasado sobre mi familia. Tenía razón cuando dije que la noche no había acabado y que tenía muchas sorpresas más por mostrar.
-¿Tus hermanos?- Dijo riéndose –Tus hermanos no tendrían las agallas de poder hacer esto. No digo que sean unos gallinas, pero Mel por favor tampoco son unos fornidos-
-¿Pero yo no soy una perfecta muestra de que los débiles y flacos pueden lograr ser unos cazadores?- Bueno, nunca me había considerado una debilucha, pero lo era, tampoco me describiría como flaca, pero realmente lo era.
-Mel, todo pasa por una razón. Yo no soy Dios, para saber por qué tú saliste con poderes y tus hermanos no, lo único que sé, es que tú no estarías aquí si Andrés hubiera tenido poderes ¿No crees? –Tenía razón, Andrés me hubiera destrozado en un instante si hubiera tenido la oportunidad. No era del tipo de “hermano” que dialoga para solucionar los problemas. Era más bien del tipo de persona que era Lucas antes de que accidentalmente cambiara su alma.
-Fred, ¿Quién soy yo?- Sonaba estúpida preguntando eso, pero era cierto, no sabía quién era.
-¿Quién eres? Bueno supongo que Melissa Aragón ¿No te parece?- Nos reímos. Ni siquiera yo me entendía.
-Fred, hablo enserio. Mira, es que tú mismo me dijiste que no se me dieron todos los poderes por nada, pero ¿quién soy yo para tenerlos todos?- Era una duda que me había tenido un poco intrigada desde un rato atrás, aunque ya la había olvidado.
-Sabes Mel, tu madre es una persona muy astuta y se ha estado preparando para su muerte todo este tiempo –Preparando para su muerte. Eso sonaba un poco deprimente. Pero si ella se hubiera estado preparando para morir ¿Por qué no me lo dijo? Así, yo sabría a lo que me enfrentaría sola –No te lo dijo porque no te creía preparada- Ya me estaba empezando a fastidiar que se metiera en mi mente todo el tiempo –Perdóname, ya mismo lo dejo de hacer. Mira ella te dejo una carta, donde te explica varias cosas importantes, no te lo explica muy claro pero… -Al terminar de decir esto, bajo al primer piso corriendo. Supongo que la carta estaba en las maletas había dejado. Mientras el buscaba eso, yo me acerque a la ventana. Era una hermosa noche; aquella luna de esa noche era hermosa y deslumbrante, blanca como nunca la había visto, pero había una anomalía que me hacía preocupar, un enorme arco rojo alrededor de ella. Nunca lo había visto, mi madre me contaba que en época de guerra aparecían señales en el cielo como aquel arco, pero en este tiempo no había ninguna batalla, o por lo menos eso creía. –Este, es el sobre que tu madre me entrego un día antes de que muriera, o bueno, que la mataran- Dijo mientras se acercaba a mí con un sobre antiguo, estaba arrugado y sucio –Perdona la mala presentación, he debido tener más cuidado con el-
-Es increíble. Y Fred, no soy persona de amenazas pero sigues leyendo mi mente y no respondo, mis pensamientos son míos y no te deberías entrometer- No fui ni ruda ni tosca, simplemente fui sincera.
-Bueno, tratare de no hacerlo y toma, es tuya- Decía mientras me entregaba la no perfecta carta –Léela, estoy seguro de que te gustara- Poco a poco observe la carta:
Querida Hija:
Esta carta no tiene otro sentido que darte a conocer una verdad que nunca te explique. Supongo que mi sucesor para ser tú tutor ya te habrá explicado esto para cuando te entregue esta carta, pero quiero decirte algo que solo unas pocas personas sabemos: a quien te enfrentas. No creerás que porque los Vadászok son un clan romano independiente a nosotros, significa que sean más débiles, por el contrario, todos estos años se han estado fortaleciendo cada vez más y no sabes lo rudos que pueden llegar a ser contigo.
Sé que mi partida te dará muy fuerte, pero entiende que si te lo hubiera dicho, me hubieras hecho muchas preguntas, preguntas que en ese momento no te hubiera podido responder. Eres una joven y sé que aun tienes muy difusas tus ideas sobre la vida, pero hacer sufrir a tus enemigos no es la manera correcta de despejar tu camino hacia la felicidad. Tú debes saber que eres una Venatrix, naciste así y espero que siguas siéndolo al igual que yo. Por lo pronto te diré, que mi muerte no tendrá otro motivo que, prevenirte a ti. Para advertirte que ellos son poderosos y que harán lo que sea por acabar con nosotros. No son los típicos villanos de película que quieren destruir el mundo. Estos son los típicos chicos malos que quieren acabar con los otros chicos malos. No creas que nosotros seamos “chicos malos”, no, pero es cierto que tampoco somos los buenos, de eso te darás cuenta en un futuro.
No tengo mucho más que decirte, pero te pido que le digas a tu entrenador, que te capacite en tres poderes: el de leer las almas, el de robar las almas y el de la visión. No te aseguro de que sea tu mejor poder, pero sé que vas a ser muy buena en él.
Melissa, siempre recuerda que aunque me vaya estaré hay cuando me necesites, en tu corazón, en tu mente y en tu alma. Te amo mi pequeña cazadora.
Con amor Leonor.
Aquella carta fue una de las más tristes que había leído en mi vida. No por su contenido, sino porque la persona que me la hizo ya se había ido y no estaría hay para agradecerle por aquel detalle.
-¿Quieres descansar o, prefieres que te sigua enseñando a dominar el poder de leer almas- Mientras Frederick decía esto, mi cara se volvía lentamente en un gran lago. Estaba llorando indiscriminadamente y aparte, estaba mojando la carta que mi madre me dejo antes de su partida,
-Prefiero descansar, ha sido un día lleno de emociones intensas y lo mejor sería ir a dormir- Era cierto, aunque no fue el peor, este fue un día muy extraño para mí y la verdad quisiera cambiar desde el momento en que salude a Aarón, hasta el momento en el que Ryan, su padre y los demás pemburu, tocaron a la puerta. No desearía cambiar ni el saber de mis poderes, ni la carta recibida. Esos habían sido los mejores momentos de mi día.
-Hare lo mismo. Ve a tu cuarto y yo regresare a mi antigua habitación- La habitación de Frederick había estado intacta desde que se había ido, ni siquiera las mucamas entraban a limpiarla como lo hacían con el resto de las habitaciones.
-Por favor no te vayas- Dije mientras me secaba las lágrimas. Me sentía una pequeña niña indefensa. No tenía a nadie, solo a Fred, él era mi única familia ahora.
-Pero no me iré, estaré dos habitaciones junto a la tuya- No era cierto, su habitación quedaba en aquel mismo piso donde estábamos y la mía quedaba un piso más arriba.
-Fred, por favor, quédate conmigo. Tengo miedo, eres mi única familia y no quiero perderte como a los otros-
-Pero Mel, primero, no me perderás y segundo tu padre todavía está vivo- Era cierto, pero no lo recordaba. Dicen que cuando uno tiene escenas muy dolorosas las olvida fácilmente, me pasaba algo parecido, mas sin embargo ese pasado seguía detrás de mí como el crimen incompleto, la palabra nunca dicha, como el perdón nunca aceptado.
-Es cierto, pero te aseguro, que muy pronto no lo estará- El rencor y el odio se empezaron a apoderar de mi nuevamente. Tan solo pensar en aquellos golpes que recibía por parte de él, me hacía nacer un sentimiento de odio, rencor.
-Melissa, no me gusta que digas esas cosas, piensa en tu madre, a ella no le gustaría que dijeras eso ¿O sí?- Era verdad, a ella no le gustaría. Pero no me importaba, mi padre nos hizo sufrir mucho a las dos, y no era justo que ella estuviera bajo tierra y el aun recorriendo el mundo felizmente. No era justo.
-No quiero hablar de eso, por lo pronto me gustaría ir a dormir. Pero ¿Fred, me prometes algo?- Le dije mientras me paraba, lo tomaba del brazo y lo dirigía a las escaleras.
-Claro, lo que tú quieras- Era comprensivo que aceptara sin haberle dicho de que se trataba. La verdad lo entendía, quería lo mejor para mí.
-¿Me llevarías mañana al cementerio antes de irnos a cazar? Quiero agradecerle a mi madre por la carta- La gente acostumbraba ir al cementerio a despedirse de sus seres queridos, pero yo no quería hacerlo. Quería quedarme allí para contarle todo lo que me había pasado.
-Si eso te pone feliz, lo hare. Pero entonces debes ir a dormir. No queremos desvelarnos- Tenía razón, debíamos dormir.
Me despedí de él, estaba segura de que no aceptaría ir a dormir a la habitación de mis padres que quedaba justo al lado de la mía. Pero más sin embargo tenía la plena seguridad de que no se iría, mucho menos estando los otros clanes detrás de nosotros para matarnos. Debíamos cuidarnos las espaldas.
-Que descanses Mel, duerme bien- Me dijo sobando mi cabello, luego me abrazo y desapareció entre las penumbras. Estaba nuevamente sola en el corredor. Camine lentamente hacia las escaleras que estaban justo a unos 10 pasos de donde estaba. Cuando llegue, subí lentamente, no pensaba en nada solo en llegar a dormir. Estaba emocionada y no sabía porque, estaba deprimida y tenía motivos, estaba rencorosa y nadie lo podía cambiar.
-Vamos Mel, duerme tranquila, estas próxima a volver a ver a tu mamá, ¿No estas feliz?- Me decía a mí misma tratando de darme ánimos, pero no me los daba.
Al llegar a mi habitación, tire todas las almohadas y peliches al suelo con una gran velocidad. No me importaba si había despertado otro de mis dones. Lo único que me importaba era que debía dormir en paz, tratando de olvidarme de todo y de todos. Me acosté tal cual estaba, despelucada, con la ropa del colegio y con las lágrimas secas en la cara. Lo último que vi antes de quedarme profundamente dormida, fue ver a la luna, siendo devorada por un millón de estrellas.
***
-Vamos Mel, es hora de despertarse- Escuche la voz de Frederick junto a mí. Lentamente abrí los ojos. El sol entraba con gran poder a la habitación y la iluminaba toda. Frederick estaba ahí, arrodillado junto a mí.
-¿Qué hora es?- Dije luego de un bostezo. Tenía mucho sueño y no era para menos, me había acostado a la 1:30 am, cosa que no era muy común en mí.
-Son las 7 en punto. Debes organizarte para ir al cementerio, luego iremos a cazar. Sera un maravilloso día, te lo aseguro- Esas palabras me animaban, sabía que Frederick había planeado todo un día lleno de emoción.
-Está bien y ¿Cómo dormiste?- Le dije mientras me levantaba de la cama y me peinaba un poco el cabello.
-Muy bien, creo que tienes sueños bastante interesantes- ¿Sueños interesantes? No tenía ni idea de lo que me hablaba, pero quería descubrirlo, quería poder hacer lo mismo que él, leerle la mente sin permiso y sin pensar en las consecuencias.
-Fred, me quieres decir por favor, una manera sencilla de leerte la mente- Sonaba un poco extraño decir eso, pero no importaba. Quería saber la manera más fácil de hacerlo. No porque fuera una perezosa sino porque era difícil leer la mente de la manera que él me había enseñado.
-¿Una manera más sencilla?- Dijo mientras se rascaba la cabeza –Pues hay 2: la primera seria con tu mano, o si no pues de la manera que sabes, desde lejos, como lo hiciste ayer, solo que la diferencia de leer el alma desde lejos a leerla con tu mano, es que con tu mano lees su vida entera, con tu mente solo lees lo que quieres leer, es decir, si tu esperas leer cuantos años tiene o algo parecido, eso harás, no leerás nada mas – Ya entendía por qué ayer solo había escuchado aquella historia trágica, porque era lo único que quería, saber de eso.
-Está bien, entonces sí quiero saber lo que estás pensando, solo tengo que, pensar en querer saber tus pensamientos, será sencillo- “Quiero saber en qué piensa Frederick, quiero saberlo, deseo saberlo, lo debo saber” La verdad no sabía que más pensar.
-Con esa técnica no creo que sea capaz de leerme la mente. Bueno habrá que dejarla, no hay manera de decirle que simplemente debe concentrarse y ya, que no es tan difícil si quiere. Pero no puedo decírselo, se exaltara y no quiero que lo haga- ¡Ja! Lo había logrado. Tanto que creía que no podía, pude. Era un gran logro.
-¡Oye! Yo no me exalto tan fácilmente, además esa técnica me funciono perfectamente querido señor- Me sentía poderosa, vigorosa, feliz. Había podido lograr algo que era difícil.
-Muy graciosa, ahora que puedes, supongo que ya tengo derecho de meterme en tu mente como tú puedes en la mía ¿O no?- No me gustaba mucho la idea, no me gusta que me lean los pensamientos, pero me gusta leérselos a los demás.
-Me voy a organizar para que salgamos al cementerio. ¿Te quieres salir de mi habitación?- No le había respondido su propuesta anterior. Suponía que ya la sabía.
-Bueno, organízate y quítate esos trapos, te espero para desayunar en 10 minutos, ¡Puntual!- Frederick salió de la habitación. Empecé a organizar la habitación, no estaba muy desordenada pero debía dejarla perfecta, Frederick era una persona muy exigente y debía dejar todo impecable.
Al terminar, me dirigí al baño, una ducha fría era lo que necesitaba para iniciar bien el día. Me quite la ropa y entre, abrí la llave y me sumergí en el agua. Era un desperdicio botar tanta agua pero me hacía sentir viva.
-¡Melissa! Sal del baño que vas a acabar el agua- Le escuche decir a Frederick, que al parecer estaba cerca de la habitación.
-Señorita Melissa, ¿desea que le traiga toallas, ropa limpia o que organice bien su habitación?- Ya habían llegado las mucamas. Eran tan amables y sociables. Siempre estaban ahí aun cuando uno no las necesitaba como en estos momentos.
-Muchas gracias Irma, no necesito nada- Le decía mientras cerraba la llave por órdenes de Fred y salía del baño con mi bata.
-Está bien señorita Melissa, la dejo tranquila- Siempre había querido saber por qué mujeres tan capaces y jóvenes no trabajaban en algo mas que en esto. –Esta jovencita me va a sacar canas antes de tiempo, es una malcriada, espero algún día largarme de este palacio- La verdad esto cambiaba un poco mi forma de verlas, ahora podía ver lo que pensaban de mí y poder así saber que tan hipócritas eran.
-Bueno Irma, adiós- Le dije mientras cerraba la puerta a sus espaldas. Empecé a organizarme, me puse un pantalón ancho gris, una blusa de cargaderas blanca y unos zapatos sencillos. Deportiva y cómoda, eso era lo que importaba. Me peine y salí. – ¡Ya estoy lista Fred!- Le grite mientras bajaba las escaleras casi que al trote.
-Perfecto, te hice un suculento desayuno: huevos revueltos, tocino, tostada, champiñones y jugo de naranja. Espero que te guste, fue todo lo que pude hacer con tan poco tiempo y tan poca comida.- Era cierto, aunque yo vivía sola, la comida que gastaba era mucha.
-Así está bien, mucha gracias, es un lindo gesto- Mi madre siempre me preparaba desayunos parecidos, pero desde que mis hermanos murieron no me los había vuelto a hacer. Siempre me preparaba unas tostadas y agua.
-Bueno te menciono nuestro plan: vamos al cementerio, luego iremos a un bosque cerca de aquí, donde te enseñare a cazar. Luego de eso vendremos a almorzar y listo, ¿Te gusta?- No estaba mal el plan, lo que me ponía a dudar, era si tendríamos tiempo de hacer todo eso.
-Sí, supongo que está bien- Dije mientras me terminaba de comer el ultimo trozo de tostada que quedaba en el plato. –Ya termine ¿Nos vamos?- Estaba apurada, quería llegar lo más rápido posible al cementerio.
-Está bien, señorita apuros, ¿En cuál cementerio esta tu madre?-
-Está en el cementerio de la iglesia de saint peter mancroft- Me lo sabía de memoria, había aprendido todo desde que mi madre y mis hermanos murieron: donde están enterrados, cuando murieron, donde murieron, quien según las investigaciones habían sido los asesinos.
-Muy bien, vamos- Dijo mientras tomaba los platos y los dejaba en el fregadero. Luego se dispuso a tomar su maleta y se dirigió a la puerta. Yo por lo pronto me seque la boca con una de las servilletas y me dirigí con él. –Toma tu maleta también, necesitaras tu arco si quieres aprender a usarlo- Lo había olvidado, fui a la cocina donde lo vi por última vez, lo tome y corrí con Frederick.
-Hola Frederick, ¿No que Melissa no estaba en casa?- Dijo un tipo de aspecto fornido. Tenía cara de pocos amigos, cabello castaño claro, nariz pronunciada, y una mirada que reflejaba odio.
-James ¿Dormiste fuera de casa?- Dijo Fred con una mirada penetrante. El señor enfrente de mí no era otro que James, el sádico James.
-Frederick no conoces hasta donde puedo llegar- Mientras decía esto, se acercaba cada vez más a mí. De un momento a otro, aparecieron otros señores detrás de él, tomaron a Fred por el cuello, amenazándolo con un cuchillo. –Amiguita, si quieres a tu querido tío vivo, deberás entregarnos tu brazal ¡Ahora!-
O_O
ResponderEliminarHahahaha, te quedó muy bien!!!
Hasta pronto :P
Gracias vane!!! ;)
ResponderEliminaresta estupendo el cap ... poco a poco me estoy aprendiendo la historia de los venatrix v/s vadazok...Fred me dio pena la historia de su esposa ...
ResponderEliminarsaludos setsu :)
Muy interesante el capitulo!!!
ResponderEliminarme dio tristeza lo que le paso a Fred :/
Espero que Melisa sea poderosa y lo demuestre porque no quiero que le pase nada a fred y menos a ella Y que no entrege el brazal.
Ahora a esperar que pasará con ese "enfrentamiento". Nos vemos hasta el siguiente.
lo ameeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee ya te extrañabamosss melii gracias por mejorar mi dia tq!!
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